Raramente se ha logrado comprender la oferta y la demanda. Un individuo, ya que tiene libre albedrío, debe hacer la petición o la demanda conscientemente y con plena determinación, y verá como no puede dejar de expresarse no importa lo que sea, siempre que él mantenga una conciencia resuelta y sin debilidades.
Si vamos a un comercio y demandamos la mercadería que necesitamos seremos atendidos y seremos cubiertos de nuestra necesidad, pero primero debemos pedir lo que requerimos, esperar que el vendedor lo encuentre y luego pagar por ella. También puede pasar que pidamos algo específico y luego cambiar por otro color, o por otro formato, qué ocurre allí, el comerciante no sabe bien que es lo que queremos y espera a veces pacientemente a veces con apuro… También corremos el riesgo que eso que buscarnos, por el momento no se encuentre en stock y no quedar satisfechos con la respuesta.
Bueno, como es arriba es abajo, sólo que arriba, es con Perfección esperan con paciencia a que nos decidamos y luego llega la respuesta.
Así también ocurre cuando algo queremos saber, y pedimos en nombre de nuestra Divina presencia «YO SOY» esperando pacientemente la respuesta, llega si o si, a menos que surjan dudas claro está. Debemos estar atentos porque los Maestros nos dicen «todo lo que quieran saber, les será revelado, sólo debemos estar atentos, y las respuestas llegan a través de alguien que nos encontramos en la calle, o escuchamos la respuesta en la fila de un comercio, o encendemos el televisor o la radio… de algún modo la respuesta llega. ¿La oferta existente en el Reino del Cielo es abundante, variada, siempre presente, siempre dispuesta; ¿Qué sucede entonces, cuando nuestras llamadas parecerían no siempre ser atendidas?
sencillamente es porque nos hemos retrocedido en querer saber la respuesta, o hemos dudado o nos arrepentimos, Es Ley «la pregunta, compele a la respuesta»
Cuando demandemos un bien que estemos necesitando hagámoslo como dice el Maestro, con conciencia resuelta de que la Ley del Suministro actúa y que ninguna llamada queda sin respuesta, esa conciencia resuelta es aquella que mantiene a los vehículos en Paz, sin ansiedades por la manifestación, sin elucubraciones de cuándo o como llegará, de si lo merecemos o no, de si habremos sido escuchados. Porque siempre somos escuchados.
El único cortocircuito posible es en las Líneas humanas de no pedir en Paz, con Armonía, con Fe.
La respuesta a la demanda ya está lista aún antes de que la demanda se eleve. ¿Por qué?, Porque nuestro Padre nos conoce, sabe que necesitan cada uno de sus hijos y ya nos ha provisto de todo cuánto sea requerido para nuestra evolución. El Almacén Divino está al alcance de todo ser determinado lo suficiente, constante lo suficiente, firme lo suficiente, como para saber que es escuchado y sostener su demanda con Paz.
Si necesitamos dinero demandémoslo, pero mientras esperarnos la respuesta no digamos soy pobre, porque no es Verdad y porque estaríamos calificando y atrayendo esa pobreza que necesitamos revertir a través de la abundancia de Dios, la Divina Presencia.
Si necesitamos curación, y la demandamos, no digamos luego, estoy enfermo, esto cortaría el descenso de la Curación Divina. Y así todo lo demás.
Aprendamos a pedir, a esperar y a agradecer antes aún de haberlo visto manifestado.
Si necesitamos alguna cosa material, Por Ej.: dinero, y un amigo nos dice, despreocúpate, esta tarde te lo traigo y me lo devolvés cuando puedas. Nos embarga un sentimiento de gratitud y tranquilidad saber que la solución está en unas horas, aunque todavía no tengamos ese dinero en la mano. ¿Por qué, entonces cuando le pedimos a nuestra Divina Presencia, vamos a seguir como si nadie nos hubiera escuchado?…
Nuestra actitud en la demanda determinará el tiempo, la cantidad y la certeza de la respuesta que sin dudas será mucho más efectiva.
No es correcto pedir y en vez de sostener la atención en conexión con aquella respuesta que esperamos, volver a centrarnos en la apariencia de lo que nos parece en falta. La actitud correcta es sostenernos en la Fe de que nuestra Divina Presencia ya nos está proveyendo de todo cuanto requiramos y como siempre… aún más, y en todo momento actuar acorde a alguien que espera algo bueno que ya está en camino. ¿Qué necesitamos para obtener una mejor calidad de vida? ¡A demandarlo con Fe!
Afirmación sugerida por el Maestro Saint Germain:
«YO SOY la gran opulencia de Dios hecha visible para mi uso correcto ahora y siempre»