La Ley del Amor

No hay sino un sólo proceso invencible, evolucionador: el Poder de generar conscientemente el Amor Divino. El Amor siendo el eje de toda vida, mientras más lo usemos conscientemente, más fácil y rápidamente liberaremos el magno Poder de Dios que, como una gran fuerza acumulada, siempre está esperando una apertura para proyectarse por nuestra conciencia.

«El estudiante o individuo que desee progresar rápidamente en la Luz no debe jamás dormirse hasta que haya enviado su Amor a todo individuo que él considere que lo ha dañado en cualquier momento». Este pensamiento-sentimiento de Amor sale derecho como una flecha hacia la conciencia del otro individuo, porque no hay nada que lo pueda detener, y generará su calidad y poder allí donde ha sido enviado. Es seguro que se devuelve en el mismo instante en que es enviado y llega multiplicado porque a su paso de ida y vuelta se carga con lo similar Saint Germain del Libro de Oro.


Por consiguiente, el emisor es grandemente beneficiado, el receptor si no está abierto su corazón a recibir ese Amor, igual siempre algo absorbe. No hay ningún elemento que sea causante de tantos malestares del cuerpo y de la mente como el sentimiento de falta de Amor enviado hacia otro individuo. Que se entienda bien, el rencor o resentimiento no son sino otra forma de lo contrario al Amor.


El Amor es la única base de la Armonía y el correcto uso de la energía vital.
Tus propias creaciones erradas te llevan y te instan hasta que aceptes comprender la Vida y obedecer su Ley de Amor. Giras a través de vida tras vida experimentando una discordia y otra discordia hasta que aprendas a vivir con esta Ley de Amor. Esta es la actividad obligada a la cual nadie escapa y continúa hasta que el ser exterior indaga la razón de sus errores y comprende al fin que su alivio de la experiencia de sufrimiento, sólo puede llegarle por la obediencia a la Ley del Amor. Tal obediencia comienza con un sentimiento de calma, de Paz y de bondad, todos estos sentimientos buenos y muchos más están en el corazón, sólo que hay que ponerlos en acción, cuando cada quien así lo decida.


El Amor es dueño de todo y sólo está ocupado en implantar el Plan de Perfección en acción y en todo. Es un constante derrame de sí mismo y es incapaz de grabar otra cosa que sea contraria. Te digo francamente, amado estudiante, que no hay esperanza alguna en el cielo o tierra para aquel que persista en mantener en su conciencia pensamientos y sentimientos de crítica, condenación u odio de cualquier descripción, y esto incluye hasta un leve desagrado.

No te incumbe juzgar, tu sólo conoces el ángulo que tú ves del ser, sólo te incumbe Amar.
Afirmación sugerida por el Maestro Saint Germain:
«YO SOY» la Presencia del Amor Divino en todo momento». 

Comparte tu aprecio