Si recordamos algo del Nacimiento de Jesús hace algunos miles de años, veremos ese gran acontecimiento como algo que sucedió en el Silencio.
No fue proclamado entonces, como tampoco le fue ofrecido un espacio especial, ni fuegos artificiales que atrajeran la atención visible o audible humanamente hablando, tuvieron lugar en ese momento.
Contaba con la gran pureza de Su Madre, María, la protección de su firme padre, José y la calidez de un humilde hogar dedicado a magnificar al Señor… Dios Padre. Contaba con el Amor de Esa Sagrada Familia, de los Seres Esenios que lo instruyeron en la Leyes de Dios y le ayudaron a traer a la conciencia externa Su Misión. Contaba con el apoyo de tres Grandes Sabios entregándole ofrendas que dulcificaran Su Estadía en la Tierra.
A medida que fue despertando a la Grandeza de Su Luz, fue contando con humildes seres que se le acercaron para acompañarlo y seguirlo en Su Tarea.
Cuando Sus llamados » milagros » se manifestaron, contaba con algunos que creían en El, porque recibían directamente el beneficio de Su Poder, contaba con algún ser que retornaba para, al menos, esbozarle un sentimiento de gratitud por lo recibido. Contaba con el gran dolor y miseria que gemía a Su alrededor por ayuda. Contaba con la burla y el escarnio, la injuria y la incredulidad.
Y sin embargo contando tan solo con este entorno humano UN CRISTO SE MANIFESTÓ PLENAMENTE, para bendición de la Tierra y todas sus evoluciones. Porque con lo que realmente contó el Amado Jesús, fue con una Madre que sostuvo para El con dedicación » absoluta» el Concepto de la Perfección, de la Vida Eterna, donde solo se magnificaba lo bueno, dando a todo lo demás lo que estaba necesitando … el Amor de Dios.
Contaba con Legiones de Ángeles y Arcángeles sosteniendo el Puente de Unidad con Su Padre, lo que Le dio El Poder del Padre en El haciendo manifestaciones maravillosas. Contaba con la asistencia de Grandes Seres de Luz que desde los Reinos Internos sostenían la expectativa de la Victoria de Su Misión.
Contaba con la Gracia del Espíritu Santo derramando sus bendiciones a través de Él. Contaba con la claridad de saber que el Amor era la clave para la Vida Eterna y el Camino directo al Padre.
Su Misión fue cumplida y en ese entonces Un Cristo camino la Tierra.
Pero él también contaba con que Su Ejemplo fecundara y con el tiempo muchos Cristos caminarán la Tierra, no limitándonos a endiosarle, sino trabajando para imitarlo. El Amado Jesús aún espera… ¿Con qué cuenta hoy?
Veamos, traslademos lo que hemos compartido a lo que se está esperando suceda en esta Nueva Era. En estas sublimes épocas la Tierra y sus evoluciones reciben especial asistencia de Luz, y esto tiene un bello propósito… el despertar de los Cristos en cada corazón.
¿Con qué cuentan esos Cristos para renacer en esta época?
¿Con corazones que se niegan a amar, a perdonar o a aceptar la Bondad de Dios que late en ellos?
¿Con mentes muy intelectuales que refrenan cualquier destello de espiritualidad que estimule el despertar del alma a la Luz?
¿Con memorias que, en vez de magnificar a Dios, agrandan las cosas del pasado que no nos trajeron felicidad?
¿Con cuerpos físicos en el dolor y la enfermedad resultante de la vida equivocada que los ha agredido?
Pues amado hermano, hagamos como JESÚS, El no basó Su Ministerio en lo que veía a su alrededor, Él lo basó en lo real que está también presente y activo hoy para nosotros. Contamos con un Cristo deseoso de expandirse.
Contamos con cantidades de Ángeles esperando nuestras demandas para asistimos a ser más buenos, perdonadores, bondadosos y sanos.
Contarnos con un Padre en nosotros llamándonos de retorno al hogar.
Contamos con una Sagrada Familia de Amados Maestros Ascendidos, trayéndonos Su Sabiduría y Protección para que lo logremos.
Contamos con la Bendita Llama Violeta limpiándonos de los errores del pasado y del presente sin dolor.
Contamos con las Enseñanzas de la Nueva Era trayéndonos una mejor calidad de vida en ese camino de retorno.
En este día en que recordamos y honramos al Maestro Jesús ofrezcámosle no prolongar más Su espera por seres que no solo lo hayan amado y lo amen, sino que traten de amarse los unos a los otros como Él nos amó, y de esa forma contara con muchos Cristos despiertos y activos retornando a esta Tierra lo que nunca debió faltar el Amor. Que el Espíritu de las Navidades nos abrace para que una vez más, como hace más o menos dos mil años, descienda a este Planeta con el mismo silencio, sin murmullos humanos, sin manifestaciones ruidosas, ni proclamaciones especiales… el nacimiento de muchos Cristos cuya voz ya no pueda ser desoída.