- ¿Podemos cambiar nuestras ropas?
- ¿Podemos cambiar nuestros zapatos?
- ¿Podemos cambiar nuestra casa?
- ¿Podemos cambiar nuestro auto?
¿Seguramente a todo esto contestamos un sí rotundo, verdad?
Pero qué pasa si nos preguntamos: ¿podemos cambiar nuestro destino?
¿Qué nos puede hacer sentir atados al porvenir, si no lo estamos a las cosas materiales?
Únicamente ignorar la Verdad que muy simplemente nos hace ver que sí somos capaces de cambiar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra forma de actuar y reaccionar ante la vida, hay un Elemento maravilloso que se encargará de cambiar nuestros errores del pasado, dejándonos libres de los efectos de un destino, que ya vamos comprobando se construye en nuestro diario vivir.
Ponte Feliz, amado hermano; sí podemos cambiar nuestro destino, sí podemos cambiar nuestra calidad de vida y tan seguramente como cambiamos nuestras pertenencias humanas.
El llamado » destino» no es un designio inamovible que debe manifestarse si o si, en el ser o persona afectada por él, el destino es simplemente el resultado del uso que hicimos de la vida durante todo el transcurso de nuestras diversas encarnaciones. Sí, tenemos la gran oportunidad de reconocer que la vida necesita de nuestro AMOR para tornarse bella y feliz, que la Energía que nos anima requiere del control de cada centro de creación humana (pensamientos, sentimientos, palabras, acciones y reacciones) para irradiarse siempre como una Bendición y no como lo contrario y hacemos uso de esta Sabiduría, aplicándola con constancia.
Si tenemos la dicha de conocer la actividad del Fuego Violeta, trabajando, transmutando y cambiando la cualidad de la energía que en el pasado no fue bien calificada por nosotros -y no por otros- perdonándonos por los errores para que no se manifiesten hoy en desdichas y aflicciones. En qué queda convertido el «destino», cuando emprendemos un nuevo camino calificando bien la Energía que nos llega pura; ¿de nuestra Divina Presencia “YO SOY”? solamente en un bello y próspero presente lleno de promesas y oportunidades de vivir con una mejor calidad de vida.
Alégrate y conoce tu real destino, que sí, es un Designio Divino para cada ser humano convertirse en la Perfección que Dios desea, para TODOS y para cada uno de Sus hijos, ser Perfecto como es Perfecto nuestro Padre que está en los Cielos, alcanzar la Conciencia «YO SOY» de absoluta Perfección y Ascender al Hogar del Padre para no salir más.